Antes del 2011, Siria recibía 9 millones de turistas al año. Alepo, Palmira y la mítica Damasco – lugares históricos considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO- comienzan a recuperarse. La industria turística será una herramienta clave para la recuperación del país.
Egipto te permitirá descubrir una de las civilizaciones más antiguas y avanzadas de la historia. Tiene monumentos de milenios de antigüedad ubicados junto al fértil valle del río Nilo, incluidas las colosales pirámides de Guiza y la Gran Esfinge, al igual que las tumbas del Valle de los Reyes y el Templo de Karnak bordeado de jeroglíficos en Luxor.
Líbano es un país verde, montañoso, con costas rocosas y playas. Fenicios, griegos, romanos, bizantinos, mamelucos, otomanos, cruzados, todos codiciaron estas tierras fértiles y con excelentes puertos de mar. País multicultural por excelencia, preserva el eclecticismo religioso en su gastronomía, sus costumbres, su sociedad y su arquitectura.
Palestina es uno de los lugares del mundo donde más ha crecido el turismo en los últimos años. Distintas organizaciones de turismo comunitario y sostenible en Palestina luchan por abrirse espacio en un sector aún controlado por Israel, país que considera el turismo una de sus principales fuentes económicas y un instrumento con el que mantener el statu quo y la Ocupación de Cisjordania.
Coronavirus asestó un duro golpe a su economía: la ciudad, uno de los principales destinos turísticos de Palestina, no recibe a turistas ni peregrinos cristianos desde marzo.
La moderna Jericó se alza sobre la ciudad creada por los cruzados en el siglo XI, junto a la colina de Tall Al-Sultan donde los arqueólogos han hallado restos de asentamientos de más de 10.000 años que le confieren el título de ciudad habitada más antigua del mundo, junto a Damasco y a Biblos, ciudad dónde nació el alfabeto.